EL MERCADO LABORAL HA CAMBIADO, Y SIGUE…., de ahí que los paradigmas por los que nos regíamos hace tiempo, deban ser revisados.
En esta ocasión os traigo el “job hopper” un perfil de trabajador del que se está hablando en la comunidad del management de personas.
No es que me considere un gurú de nada, (¡uff qué pereza!), pero esto que ahora es claro para algunos, hace años que lo vengo advirtiendo, y más de uno me tomaba por rarito.
La vieja escuela de Recursos Humanos, que todavía perdura en muchísimas empresas, tenía más o menos confeccionado un retrato robot del candidato ideal, que entre otros, contaba con parámetros como estos: personas que vienen desempeñando la misma actividad, es decir en el mismo área, durante cierto tiempo (expertos) en el mismo sector (esto añadía valor), se mueven poco (esto se interpretaba como lealtad), etc.
Lo contrario, a saber: personas que no duran más de cinco años en el mismo puesto, cambian de profesión y empresa con frecuencia, se consideraban razones suficientes para rechazar a un candidato por falta de lealtad, adaptabilidad, etc. “Ese es culo de mal asiento”, hemos escuchado más de una vez.
Pero, ¿Por qué empiezan a ser valorados los job hoppers, estos “saltadores de empleos”? Muy sencillo:
Estos perfiles han tenido experiencias laborales muy dispares, incluyendo trabajos de temporada, fines de semana, vacaciones (yo debí ser un job hopper en su día, dado que trabajaba para costearme mis gastos mientras estudiaba).
Haber tenido trabajos de “sostenimiento” se interpreta como habilidad para afrontar las dificultades, máxime cuando no hemos podido acceder a nuestro sector objetivo.
De igual forma nos permite adquirir unas habilidades y conocimientos a las que quizá de otro modo no hubiéramos accedido.
Un job hopper también ha trabajado en diferentes sectores, lo que lejos de ser el problema que ven algunos tradicionalistas de RRHH, se convierte en una gran ventaja de acumulación de conocimientos y buenas prácticas.
El que ha pasado por diferentes experiencias laborales ha podido adquirir una capacidad nada desdeñable de adaptación rápida y con toda probabilidad ha podido experimentar la necesidad de construir relaciones en entornos muy diversos. Todo ello en definitiva son pluses que algunos empiezan a valorar, insisto no todos.
En todo caso para el job hopper es más importante el desarrollo personal y las aspiraciones que la seguridad.
Al hilo de los job hoppers y su rechazo a especializarse en un sector concreto, siempre digo, que después de todos estos años trabajando en recursos humanos, se muy poco de logística y algo más de personas. Por eso, he recordado como me incorporé a mi actual empresa, hace ya ocho años. Todos los entrevistadores profundizaban en mi experiencia en recursos humanos en el sector logístico, como si ese fuera el verdadero valor de mi currículo (pensaba yo). Yo, me empeñaba en defender mi ultima experiencia que había tenido como directivo de una organización de economía social donde personas, valores y comunicación, habían sido el foco de mi actividad y nada…. Los entrevistadores del headhunter, erre que erre con la logística dichosa.
En la entrevista final (ya con personas de Recursos Humanos del Corporate), siguió aflorando el tema de la logística, hasta que alguien me hizo una pregunta decisiva (por fin, me dije):
¿Puedo confiar en ti?
Creo que sí –contesté-
Muy sorprendido, me preguntó: ¿Cómo que crees?
Si –le dije-. Creer es confiar, por lo que para comprobarlo, antes tendrás que confiar en mi.
Volviendo a los saltadores de empleo, ojo que no es oro todo lo que reluce. También hay candidatos que en su trayectoria profesional, que esgrimen como buen currículo, reflejan por el mismo sector un sinfín de experiencias profesionales, en ocasiones inferiores al año, y pretenden a uno vendérselo como otra cosa, cuando todo pinta a que no les aguanta ni la madre que los parió. En fin, que hay gente para todo.
Quizá lo más importante es encontrar gente en la que podamos confiar, lo demás puede aprenderse.
JRL