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retratos del alma

exposición «retratos del alma», DEL 2 AL 10 DE SEPTIEMBRE DE 2022
(INAUGURACIÓN DÍA 3 DE SEPTIEMBRE)
CASA DE LA CULTURA DE MATAELPINO (MADRID)

@JRLOPESINO
jorgelopezsino@gmail.com

Retratos del Alma, es un recorrido de emoción y libertad.

Incluirá una muestra de mis obras con mayor carácter expresivo, las más gestuales, retratos monocromáticos, paisajes interiores y exteriores, anima humana y anima mundi. Un recorrido por diferentes estados del alma, permanente diálogo entre luz y sombra, un soplo de vida.

Como decía Leonora Carrington «Dar explicaciones de la pintura es un poco gratuito; se intelectualiza algo que realmente no es del mundo del intelecto», y así es como yo también lo siento.

Los que me conocen ya saben que me gusta que cada uno mantenga su propio diálogo a través de su mirada única. No es menos cierto que como he dicho muchas veces, tendemos a buscar una u otra figura en el arte abstracto y hasta que no encontramos algo reconocible, a veces no somos capaces de fluir desde el sentimiento. 

Lienzos, papel y madera serán algunos de los formatos que incluirá esta exposición, o exhibición como dicen los anglosajones y los que lo convierten al castellano sin saber que una exhibición suele implicar movimiento.

La exposición estará acompañada de unos cuantos versos, de mis queridos escritores del alma: Federico García Lorca, Miguel de Unamuno, Vicente Aleixandre, Lope de Vega, Antonio Machado, Garcilaso de la Vega, Rosalía de Castro, Pedro Salinas y Gutierre de Cetina, todos ellos me han ido acompañando a lo largo de mi vida de una u otra manera, por lo que he querido hacerles presentes.

También incluyo mi propio verso del alma, sin ánimo alguno de poder alcanzar el genio de los eternos, claro está:

Soñaba librarme del olvido, hasta que me gritó: ¡esperanza!

Inmortal en su destino, exhibió sus alas mientras se alejaba.

Honda burla, dulce y siniestra, alumbrando el sentido para quebrar el vuelo con ardiente ansia.

Con su hechizo dibujó una sonrisa intrigante, y la supe en mis brazos frente al espejo, imaginando, qué sería de aquel reflejo sin ella.

El viento la llevó a su antojo, penetrando por cada grieta, pero sólo aquellos de mirada desnuda percibieron su fragancia.

Rompiéndose en pedazos de su universal conciencia vino a reconocerme en el bosque de los incautos, y así es como acarició con su brisa mi rostro y nunca más dejé de sentirla.

 

Jorge Lopesino.

 


 
«El alma es un acorde; la disonancia su enfermedad» (Pitágoras) S.I (AC)

 

LAS TRES ÍES

ISABEL DÍAZ AYUSO (MADRID, ESPAÑA, 1978)
INÉS ARRIMADAS (JEREZ DE LA FRONTERA, ESPAÑA, 1981)
IRENE MONTERO (MADRID, ESPAÑA, 1988)

tINTA AZUL Y AGUDA SOBRE PAPEL, MARZO 2021.
@JRLOPESINO
jorgelopezsino@gmail.com

Hay un dicho por ahí, que no se sabe muy bien a quién atribuir, por el que “detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer”. Menuda memez.

Parece claro que Isabel, Inés e Irene se bastan y más bien se sobran por si mismas. Por donde andan la lían. No es una crítica sino una mera observación de la actualidad. Pero coinciden en más cosas de las que ellas mismas creen, les unen más aspectos que les diferencian aunque se escuden en desiguales pendones: azules, morados o naranjas. Por eso las represento en tinta azul con aguada negra…. Que cada uno advierta el significado del color que le plazca, como así viene siendo.

Para Warren Buffet, en el mundo hay tres tipos de personas (las tres íes dice): innovadoras, imitadoras e idiotas…. Pues Isabel, Irene e Inés no parecen ninguna de estas tres que clasifica el oráculo de Obama, sino más bien las tres son bastante impulsivas, muy inteligentes y con inseguridades varias. Y creo que estas íes les califican mejor a nuestras actrices de la escena política actual.

El caso, como decía, es que puestas a liarla parda, cada una en su estilo, pero no tan diferentes, son más capaces que nadie.

Ahora mismo no quiero decantarme por ninguna en concreto, aunque el que me conoce lo tendrá claro, no obstante puede ser que mañana, a la luz de sus acciones, la cosa cambie.

La idea de España pretende distinguirles, pero por error o quien sabe si por pose, porque esto no va de derechas ni de izquierdas, ni de centros, aunque parece que solo ellas necesitan autoclasificarse para que los votantes tengan que acercarse a pastar en uno u otro corral.

Para el que no lo sepa, por analfabetismo funcional, generado simplemente por no leer (que es lo más frecuente), España no es una cosa a enfrentar. Es más, la verdadera izquierda, el auténtico socialismo y hasta la genuina concepción marxista, soportan la idea de que una España fuerte, solidaria y unida no es cosa de fachas, sino de obreros. Y esto es algo que no solo sostiene el materialismo filosófico de Bueno, sino la realidad cultural, histórica y geográfica de lo que algunos llaman la Iberoesfera, que rebasa las fronteras nacionales impactando en lo universal y con la que yo me identifico plenamente y plasmo una y otra vez en mi obra artística.

Aquí están estas tres Íes que como Isis quieren ser diosas de todos los dioses y protectoras del reino común y de la realeza propia, consiguiendo que sus respectivos seguidores celebren en su honor en luna llena de elecciones, como si de un Navigium Isidis se tratara.

Puro histrionismo.

 

JORGE LOPESINO

EL HOMBRE Y LA TIERRA

Mixed on paper 21×29 cm. homo vs natura series.
@JRLOPESINO
jorgelopezsino@gmail.com

Precisamente cuando se cumplen 40 años sin Félix Rodríguez de la Fuente resulta que una pandemia está agitando a nuestra orgullosa especie.

El virus COVID-19 está infectando a buena parte de la población del planeta, según escribo se contabilizan (eso dicen las fuentes oficiales que consulto, quién sabe) al menos 287.300 personas y más de 12.000 muertos en más de 160 países. De estas cifras, España cuenta con 25.400 infectados y 1.375 muertos. Cuando termine estás líneas, habrá incrementado hasta no sabemos cuántos más y lo que es peor, hasta cuándo….

El gran Félix y de otro lado el artista alemán del S. XIX Caspar David Friedrich, me han despertado una pequeña reflexión manifestada a través de 3 obras propias inspiradas en la obra del citado paisajista del romanticismo.

El hombre frente a la naturaleza. Digo más, enfrentado a ella;  porque desde que nos llamamos “civilizados” no hemos hecho otra cosa que declararle la guerra a la madre tierra, sin reconocernos ni mucho menos como uno más de entre todos sus habitantes. Puede que esto no sea más que una respuesta a nuestra incorregible soberbia y en todo caso un recurso natural de autorregulación, no en vano el virus es más voraz en la inmunodepresión y prende y se propaga a la misma velocidad que el fuego de nuestra insensatez.

En el ámbito de las empresas, las organizaciones, familias, gobiernos, y los grupos humanos en general, esta crisis nos está poniendo a prueba. Después de esto habrá que valorar: quién ha estado a la altura de la crisis y quién no, la gran diferencia entre estar «confinado» y estar «escondido», qué áreas en las organizaciones y grupos profesiones, son de verdadero valor y cuáles no, quienes estaban sobre dotados de recursos y quienes estaban «con lo justo» o en déficit antes de la crisis y durante la misma. En definitiva, quien aporta algo esencial y quien no. Y aunque certificará lo que ya sospechábamos, incluso antes de la crisis, mucho me temo que cuando todo pase, se nos olvidarán muchas cosas y hasta tomaremos decisiones sin ese análisis previo y a mi juicio necesario. Como si no hubiera pasado nada, porque nos gusta mirar para otro lado y obviar lo obvio.

Así es y así seguirá siendo. La arrogancia de nuestra especie frente a la naturaleza es un hecho constatado, pero no es menos cierto que por muchos años que pasen no aprendemos en esencia nada, por eso ahora escucho mucho el anhelo de la mayoría por volver cuanto antes a la “normalidad”.

 ¿A la normalidad? ¿Es que entonces no pretendemos cambiar nada? ¿O sólo estar preparados por si viene otra igual? Soberbios y arrogantes. Estúpidos sin duda alguna.

En efecto, queremos en general que todo vuelva a ser como antes y cuanto antes. Pues ojalá no. Pero sabe Dios.

El hombre vs la tierra, la suerte está echada.

JORGE LOPESINO

Manifiesto: Libre e Independiente

By Jorge Lopesino
Digital art
@JRLOPESINO
jorgelopezsino@gmail.com

Aunque no me suelo identificar con algunas verdades oficiales, veamos las acepciones que incluye la RAE del adjetivo «libre»:

  1. adj. Que tiene facultad para obrar o no obrar.
  2. adj. Que no es esclavo.
  3. adj. Que no está preso.
  4. adj. Licencioso, insubordinado.
  5. adj. Atrevido, desenfrenado. Es muy libre en hablar.
  6. adj. Disoluto, torpe, deshonesto.
  7. adj. Suelto, no sujeto.
  8. adj. Dicho de un sitio o de un edificio: Que está solo y aislado y que no tiene casa contigua.
  9. adj. Exento, privilegiado, dispensado. Estoy libre del voto.
  10. adj. soltero.
  11. adj. Independiente o no sujeto a una autoridad superior.
  12. adj. Desembarazado o exento de un daño o peligro. Renta libre de penas, de cuidados.
  13. adj. Que tiene esfuerzo y ánimo para hablar lo que conviene a su estado u oficio.
  14. adj. Dicho de un sentido o de una parte del cuerpo: Que tiene expedito el ejercicio de sus funciones. Tiene la voz libre.
  15. adj. inocente (libre de culpa).
  16. adj. Dicho de un tiempo: Que tiene alguien al margen de sus ocupaciones habituales.
  17. adj. Dicho de un espacio o de un lugar: No ocupado.
  18. adj. Gram. Dicho de una unidad lingüística: Que puede presentarse de forma aislada en la oración.

Leído lo anterior, parecerá que a estas alturas de vida cumplo muy pocas de estas cualidades… pero no es así….. porque gracias al arte soy, desde este universo paralelo, más «libre e independiente» (perdón por la reiteración) y me atrevo a decir, más auténtico que nunca.

Y todo eso porque además, no vivir de la producción artística, me lleva a  una libertad creativa ilimitada. En esta cuestión coincido plenamente con los planteamientos del grande y  siempre polémico, Isidoro Valcárcel Medina, que como bien sabemos, rechaza la oficial clasificación y actual dinámica del arte.

Llegado este momento, en el que hoy cumplo un año más de vida (o menos, según se mire), quiero indicar también, que empiezo a detestar los adjetivos y los adverbios, y casi igual a los que los usan indiscriminadamente para esconder su falta de criterio y hasta su falta de alma.

Hablo de aquellos que se colman en el “decir” mediante adjetivos y adverbios,  para enunciar futuro y evitar “hacer” en el presente. De ahí que prefiera los verbos, la acción y el resultado.

Por todo ello, el verbo que representa la verdadera acción de ser libre, no puede ser otro  para mí,  que CREAR y a través de la creación artística poder manifestar mi genuino sentir, mi comprensión del mundo, mi pensamiento más hondo y también más íntimo, sin necesidad de más explicaciones.

Así es.

 

JORGE LOPESINO

Negro

By Jorge Lopesino
Mixta sobre lienzo 150×100 cm. 2019
@JRLOPESINO
jorgelopezsino@gmail.com

 

Yo sé un himno gigante y extraño                   
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.
Gustavo Adolfo Bécquer, (Rima I)

 

Últimamente me preguntan algunos amigos míos por qué hay tanto negro en mis obras, y por qué no hay  color… Hago un silencio breve, y les pregunto: ¿es que no te gusta el negro? y es entonces cuando el silencio se hace en ellos.

Podría hablar largo acerca del color, acerca del negro  y de sus significados simbólicos, advirtiendo además grandes diferencias entre occidente y oriente, pero no entraré ahora en ello.

Mi obra más bien ahonda en la creación pictórica en sí misma como manifiesto de la creatividad humana, que no es exclusiva del arte pero que en mi caso es una necesidad que nace desde las entrañas, aunque no menos de la capacidad transformadora que emana del mero hecho de pensar y filosofar.

El proceso creativo como “la causa que convierte cualquier cosa que consideremos de no-ser a ser” (Poiesis platoniana).

Pero volvamos al uso del negro según la pregunta inicial, en primer lugar diré que no se trata del negro en sí mismo, o ¿es que nadie ve el blanco?

Quiero decir, que en mi visión no entiendo la sombra sin la luz. Así que la cuestión es que para mí el negro es un ideograma de la oscuridad que alumbra mis más internos pensamientos, como en una “noche del alma” becqueriana.

No indaguemos narrativa en mis expresiones artísticas, porque más bien son posibles atajos para intentar conectar los pensamientos del observador con los míos, aunque sin posibilidad de asegurar que esto vaya a suceder.
No se trata de sucesos de vida, no se trata de instantes, o acontecimientos, en si mismos lo que retrato en mis obras, sino las huellas que estos dejan en mi consciencia. Y dado que estos elementos emanan muchas veces del inconsciente, la clave es que gracias al arte se incorporan al consciente…. Ahí es donde puede que esté lo más increíble y sobrenatural.

Reconozco que no concibo la expresión sin el negro, y que de otro lado investigo  permanentemente el conflicto entre la luz y la sombra, entre el nihilismo y el idealismo entre el ser y el no-ser, en una oposición permanente y a veces trágica que en ocasiones decido zangar desde la no-dualidad.  Por ello no me importa tanto, unas veces optar por la figuración y otras por abstracción más radical, o por una u otra técnica, o el estilo, porque son materia útil sin condicionar, en mi caso el propósito último y espiritual del arte.

Mi buen amigo Godoy  ha querido intuir en esta obra mía, inspiración o tributo al “perro semi hundido” del maestro Goya, y no lo niego porque  
mi comprensión del arte no puede liberarse de los maestros ibéricos y reconozco que desde la niñez hasta ahora mismo no he dejado de sobrecogerme con sus pinturas negras. Que cada cual la titule como quiera, yo no lo haré en esta ocasión.

Como a muchos no les valdrán estás conclusiones, suelo terminar diciendo cuando pregunto si es que no te gusta el negro, y tenga respuesta o no, que a mí sí.
Y no. No lo veo todo negro, pero sin el negro no hay luz.

 

Jorge Lopesino.

 

Frivolidad en el arte moderno


«Naturae Sacra»

By Jorge Lopesino
Mixta sobre papel 70×100 cm. 2019
@JRLOPESINO
jorgelopezsino@gmail.com

Imagina que derramo un bote de pintura sobre un lienzo, después orino sobre él, le incorporo un trozo de papel higiénico y lo fijo al soporte. Lógicamente acompaño la explicación  de la obra de una narrativa empapada de suficiente lírica y mística. Después un reputado galerista de Nueva York la expone en Manhattan, más tarde una  subasta amañada se la adjudica en Christie’s a un jeque por 2 millones de dólares.

A partir de ahí y,  hasta que todos los implicados en este “delito” lo decidan, seré millonario.

Estoy caricaturizando, pero no hay nada de irreal en otra burbuja, la del arte moderno, en cuya latitud se reproducen las mismas características y prácticas que en otras tantas,  y que se detonan con las crisis financieras que van y vienen al antojo de los de siempre. Los actores de este complot saben más de mercados financieros, lavados de dinero y de multimillonarios que buscan trofeos exclusivos,  que de arte en sí.

El problema es que este asunto moviliza tanto poder que hasta los más clásicos se apuntan para no quedarse fuera del circuito o simplemente para estar a la última. De ahí que hasta el Centro de Arte Georges Pompidou, haya sucumbido ante artistas como Jeff Koons, que con su arte pop de lo cotidiano, se ha convertido en el artista vivo más cotizado del mundo.

Sin recurrir a lo esbozado anteriormente, es difícil entender como su obra  “Ballon dog” fuera adquirida en subasta por 58 millones de dólares y mucho menos como recientemente su obra “Rabbit” encontró un comprador en subasta que se atrevió a pagar 91 millones de dólares, lo que ha terminado batiendo todos los records de esta locura, que ni el mismísimo Wharhol, que también ha sido víctima y quizá verdugo en el mercado del arte moderno, llegó a imaginar.

No recuerdo bien  si fue Savater el que dijo que desde el arte moderno todo es arte y nada es arte… y parece que es verdad.

No reniego del arte moderno ni muchísimo menos, todo lo contrario porque uno lo practica y lo admira, pero esto no excluye que piense que al amparo de una expresión, muchas veces facilona, cualquier cosa pueda ser arte sin naturaleza alguna.

Frente a cierto elitismo absurdo, y no en el medio (que sería la democratización del arte), podemos encontrar otra idea con la que nada me identifico. Se trata del arte moderno ingeniado (aun sin ingenio) de simple ejecución y que puede ser fabricado para decorar apartamentos, que decía Picasso. Cuando prima la elección de la obra en función de la combinación de colores con el resto del mobiliario, no estamos hablando de arte.

Hay gente que produce y fabrica con esos fines, y que incluso explican que hay un mercado concreto, porque es más barato, dicen, comprar un original de un artista desconocido (llamémosle mejor productor) que una reproducción de un artista conocido. Reproducción en ambos casos creo yo,  cuando es mera imitación de lo ya creado.

Afortunadamente en nuestro país hay mucho talento artístico, y si uno sabe discriminar y tiene un mínimo de interés artístico, se pueden encontrar buenas obras a precios interesantes.

La cuestión final que quiero señalar es que tras la negación de lo humano después de la segunda guerra mundial, el arte moderno se apalancó en el abstraccionismo, al principio con verdadera vocación pero más tarde con corrupción de ésta, de manera que ha terminado deshumanizado.

Así que yo en mi humilde manifiesto de la necesidad de devolver al hombre al arte moderno, he creado una serie («Naturae Sacra») en la que incorporo la figura humana inspirada en la tradición renacentista atrapada por una abstracción más gestual, simbolizando así este conflicto.

En cualquier caso, en mi opinión, no se trata tanto de debatir si  es mejor arte el figurativo o el abstracto. La verdadera cuestión es que el arte debiera recuperar la experiencia humana, y por qué no, seguir sirviendo al intento, ya milenario, de revelar los misterios que encerramos que nos ayudan a seguir caminando.

 

Jorge Lopesino.

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